Gogol Bordello

Extraña presentación pero efectiva.

Dos rusos; uno que toca el violín y otro el acordeón, un israelí que toca el bajo, un estadounidense la batería, dos tailandesas bailando y un ucraniano –Eugene Hütz- que canta y dirige, montó el grupo en Nueva York. Tienen ya cinco discos pero no aparecen demasiado en los medios, por lo menos aquí, a pesar de haber tocado incluso con Madonna –esta no pierde el tiempo se apunta a todo-.

Definen su música como gipsy punk, algo mas que una fiesta de borrachos, sus conciertos son electrizantes, una catarsis plena repletos de pogos balcánicos. Lo de mezclar los ritmos no es nada nuevo, ya saben, se viene haciendo desde los orígenes de la música, con el punk se ha hecho muchas cosas, los Clash le dieron toques de reague y los NOFX incorporaron una divertida trompeta con mucho gusto.

Si recuerdan el excelente film “Todo está iluminado” de Liev Schreiber con Elijah Wood, allí había dos temas suyos y por si fuera poco Eugene -sin su espectacular bigote- interpretaba a Alex, el guía ucraniano que acompaña a Wood. Pasó por la productora por asuntos con la banda sonora y terminó interpretando el papel.

La historia personal de Hütz es tremenda, dejó su casa a los siete años por culpa de la catástrofe de Chernobyl:

“sólo pensaba qué discos tenía que llevarme de los cientos que tenía. Tenía discos de The Stooges, de reggae, de dub y, por supuesto, discos de música gitana y folk moderno”.

Si les encantan las pelis de Kusturica, si se emocionan con los gitanos que tocan el pianillo y hacen bailar las cabras en las esquinas, si se emocionaron con la fuerza y la rabia de Mano Negra, les va a encantar, pero una cosa no se lo tomen demasiado en serio y disfruten.

Gogol Bordello. “Star wearing purple”. (3,50)